
<<-¿Alguna vez le quitaste las alas a una mariposa? Pierden su belleza junto con su libertad- me decía Lorena con una mueca en la cara que demostraba cierta desgracia mal escondida.
Y Yo callé, como lo hice, hago y haré siempre. A tragándome cada palabra inconsciente que se me venía a la mente. "¡IDIOTA!" vociferé en la niebla de ideas que rebosaban por mis ojos. Pero me mordí los labios antes de llorar, no delante de ella. No estaba seguro de amarla, y esa fue la razón por lo que todo se estropeó. Empecé a dudar de todo, a mostrarme celoso... comenzaba a estar continuamente irritable. Me arroje sobre el pasto del parque, ella lo hizo conmigo y nos quedamos mirando las nubes blancas, grises y negras de tormentas que se avecinaban; viendo aquello le dije
-¿Alguna vez tuvo sentido todo esto?- le eché la mirada.
Ella simplemente dibujo una sonrisa amable, como quien le sonríe a un niño que le acaba de preguntar si es posible contar todas las estrellas.
- ¿Alguna vez me amaste?- me contestaba con otra pregunta- Sólo te gusta mi cuerpo, el consuelo que te ofrezco. El tiempo que desollamos entre las risas y el silencio de una habitación húmeda y caliente. Nunca me vas a amar, y lo sabes. Conoces muy bien la razón y aún así la deseas ignorar. Es muy tonto de tu parte hacer eso.
"Es muy tonto venir a un parque como enamorados" pensé. Me callé...>>